por Melissa Donovan
Los medios para paredes como papel de pared, gráficos y decoración digitalmente impresos se someten a menudo a uso y desgaste intenso en entornos como oficinas y tiendas minoristas. Ya se trate de un espacio residencial o comercial, la imagen pudiera tocarse o salpicarse con un limpiador, comida o algún otro contaminante.
Las láminas o filmes pueden tenerse en cuenta para la protección de medios para paredes y además pueden optimizar la estética de un gráfico con una textura o capa particular. Otra alternativa es el uso de revestimientos líquidos. Ambas opciones ofrecen ventajas y la elección depende del ambiente, longevidad requerida y tipo de medio.
Encima: John Lawson de CKL Wraps imprimió este medio para pared empleando el filme desmontable Avery Dennison MPI 2611 Matte Removable Wall Film.
Líquidos y estacionarios
Los medios para pared se colocan en distintos entornos por plazos cortos o largos. A veces, es preferible un revestimiento líquido frente a un laminado de film y viceversa. Además, los materiales sensibles a presión, sensibles a adhesivo y de papel dictan cuándo es necesario usar filmes o fluidos.
Los revestimientos líquidos son ideales para cuando el medio de pared tiene elementos con textura o relieve. Paul Roba, gerente de relaciones con fabricantes de equipos originales para Avery Dennison Graphics Solutions, dice que esto se debe a que el líquido puede cubrir “cimas y valles”. Estos pueden venir de medios con textura o si se usan tintas UV, ya que pueden producir un acabado texturizado.
Con el revestimiento líquido de esas cimas y valles, el resultado es una apariencia más lisa y natural, según opina Marty Davis, director de formato ancho y gráficos para Mac Papers. Añade que, el proceso de aplicar un revestimiento líquido por lo general requiere menos esfuerzo de mano de obra, pero sí requiere un operador experimentado.
Otro beneficio del revestimiento líquido es que es fácil de aplicar después de haber sido instalado el medio en la pared, sugiere Lisa Schultz, gerente de operaciones de DreamScape. Por tanto, si se requiere protección o se decide posteriormente que es necesario un acabado estético particular, añadir un revestimiento líquido puede ayudar a satisfacer el objetivo incluso después de haber aplicado el material.
Los laminados de filmes también se emplean para proteger o mejorar el aspecto de coberturas de pared. Para muchos, el uso de una lámina añade dimensión, en vez de quitarle la importancia a la textura, como es el caso de un revestimiento líquido. “Los filmes de sobrelaminado sensibles a presión ofrecen un acabado más uniforme y son ideales para aportar una dimensión singular en gráficos tradicionales de pared. Se pueden crear cosas inesperadas con sobrelaminados mezclando distintos acabados”, sugiere Josh Culverhouse, gerente del mercado de innovaciones gráficas para ORAFOL Americas.
Esa capa de film que se añade también proporciona protección contra los elementos del tiempo. “En ambientes en los que es importante el uso a largo plazo y la resistencia de gráficos o decoración de pared, los laminados en filme ofrecen una mayor resistencia a químicos, soluciones, humedad y abrasión, así como resistencia a rayos UV para evitar descoloración”, recomienda Jodi Sawyer, gerente de desarrollo del mercado del equipo empresarial de la marca, FLEXcon.
Brian Biegel, especialista en comunicaciones publicitarias para D&K Group, señala que es imprescindible usar el sobrelaminado o revestimiento correcto en los medios de impresión para evitar que los gráficos fallen. Por ejemplo, un medio de vinilo se beneficia de un sobrelaminado de vinilo.
Los laminados de filme también son prácticos porque el material extra en la capa añade rigidez al producto, haciendo su instalación y desmontaje más fácil, comparte Tim Boxeth, gerente de marketing de 3M Commercial Solutions.
Técnica de aplicación
Hay una serie de formas de aplicar revestimientos líquidos y laminados rígidos, rollo de espuma, rociador o laminador. Hay opciones manuales, semiautomáticas y automáticas. Con un producto de decoración de paredes el área de la superficie en general pudiera dictar también cuál método emplear.
En el caso de tiradas más cortas o únicas una aplicación manual de revestimiento líquido pudiera ser mejor. Por ejemplo, Schultz sugiere aplicar un revestimiento líquido empleando un rollo de pintura con pelusa de 0,25 pulgadas, manualmente aplicado sobre la imagen en una capa fina y pareja. Este método es ideal para cuando el gráfico ya ha sido aplicado a la pared.
“Para espacios más pequeños, se puede usar un rociador, pero no produce un acabado uniforme”, advierte Davis.
Existen aplicadores automáticos con rollo para aplicar laminados líquidos. “Por lo general, las tiradas de producciones más grandes emplean el proceso de revestimiento con rollo porque requiere menos mano de obra y es una aplicación más simple. Este proceso aporta una cobertura uniforme y pareja”, afirma Roba.
Los sobrelaminados de filme sensibles a presión se aplican mejor con un laminador en frío de rollo. El calor por lo general no se requiere en este caso, según explica Sawyer, porque los adhesivos empleados en filmes sensibles a presión requieren presión y no calor para activarse.
La ayuda del calor o un laminador térmico se requiere realmente solo en casos en que solo haya un tipo especial de filme que sea laminable a calor o con la opción térmica solicitada, agrega Davis.
“Un laminador proporciona presión uniforme y constante al aplicar los filmes protectores a gráficos de pared. Este método reduce los pliegues y burbujas atrapadas, lo cual se denomina “silvering”, entre las capas del filme y el medio en la pared. Algunos laminadores ofrecen capacidades de procesamiento de rollo a rollo para aplicar los laminados a rollos largos de material impreso”, expone Biegel.
Ciertos laminadores pueden también aplicar adhesivos, esto amplía la selección de medios del proveedor de servicios de impresión en cuanto a aplicaciones sobre pared. “La mayoría de los laminadores de rollo pueden aplicar simultáneamente un filme protector de laminado a la superficie de un gráfico de pared y un adhesivo de ambos lados al reverso del material. Esto permite que los proveedores de gráfico produzcan coberturas de pared con medios de papel y no papel autoadhesivo o vinilo”, explica Biegel.
Análisis de costos
Enfocándonos estrictamente en el costo de un revestimiento líquido, frente a un sobrelaminado de filme, es difícil diferenciar, porque la inversión implica más que los materiales, ha de tenerse en cuenta también el costo de la mano de obra.
“Parte del costo del revestimiento líquido es pagarle a alguien para aplicar la capa final después de que el material haya sido aplicado en la pared”, comenta Mark Elvester, ingeniero superior de aplicaciones de ingeniería de aplicación CSD, 3M.
Roba concuerda, añadiendo que el revestimiento líquido, aunque por lo general es menos caro que los laminados de filme, “la diferencia de precio es asumida por el costo general de producción y se pasa al usuario final”.
Por ejemplo, el costo de DreamScape DreamGuard para el proveedor es aproximadamente $0,08 por pie cuadrado, más mano de obra para aplicar la capa líquida.
Según Davis, el laminado líquido cuesta entre $0,03 y $0,05 por pie cuadrado y el precio del usuario debe estar entre $0,04 y $0,07 por pie cuadrado. Los laminados de filme pueden oscilar entre $0,12 y $0,22 por pie cuadrado, añadiendo el costo de la mano de obra al proveedor, serían unos $0,50 por pie cuadrado. El precio para el usuario final debe ser entre $0,70 y $1 por pie cuadrado.
“El costo del laminado con filmes varía en dependencia del volumen y el tipo de material empleado. Muchos filmes de laminación estándar sensibles a presión tienen un precio para proveedores de servicios de impresión entre $0,10 a $0,15 por pie cuadrado. Los filmes de laminado térmico se antojan una solución menos cara, a un costo de $0,03 centavos por pie cuadrado”, Biegel afirma.
Boxeth comenta que el laminado por lo general se encuentra en un precio entre $0,60 y $1,05 por pie cuadrado, según el rendimiento y su apariencia.
Más allá de la tinta
Los conjuntos de tinta curable con UV están abriendo el camino para aplicaciones que no requieren revestimiento ni sobrelaminado. En el caso de material decorativo para paredes, a pesar de estos avances, los laminados líquidos y de filme siguen empleándose por muchas razones: facilidad de instalación, normas de códigos de construcción y sanidad, protección contra la abrasión y optimización del gráfico.
“Laminar o no un gráfico de pared en interiores es definitivamente cuestión de preferencia, pero los instaladores agradecen el sobrelaminado una vez que se aplica. Estos ofrecen soporte adicional o estructura al gráfico durante la instalación en la pared, esto hace que la alineación del panel sea mucho más fácil para quien instala, ya que los paneles tienden menos a estirarse o pandearse”, asevera Culverhouse.
Otro beneficio: los revestimientos o laminados pueden ayudar con las certificaciones ecológicas, en particular en entornos hospitalarios o centros de cuidado infantil. “Si el producto impreso va a aplicarse en una guardería, hospital u hogar de ancianos, se emplean tintas solventes o ecosolventes, incluso con certificaciones Gold GREENGUARD, yo recomendaría revestimientos”, afirma Davis.
“La adición de estos revestimientos y laminados protectores también puede ayudar a cumplir normas obligatorias de códigos de construcción, como ASTM, NFPA y otras exigencias de seguridad”, concuerda Roba.
Algunos sobrelaminados, señala Sawyer, pueden evitar la propagación de microbios al inhibir el crecimiento de bacterias en la superficie.
Paredes cubiertas
Los gráficos para pared se benefician del uso de un laminado líquido o rígido, en dependencia del entorno, la duración de la aplicación y el tipo de medio base.
Aunque no siempre son necesarios, se recomiendan para alcanzar una protección ideal del medio u optimizar su apariencia.
Ene/Feb2019, Digital Output Espanol