Por Courtney Saba
Las reproducciones de arte producidas digitalmente son generadores de ingresos para muchos proveedores de servicios de impresión (PSP, por sus siglas en inglés). Los clientes necesitan impresiones que sobrelleven retos como la precipitación y el manejo por parte de personas. Los recubrimientos líquidos ayudan a enfrentar estas situaciones. Además de proteger, optimizan las impresiones en lienzos ofreciendo colores más ricos y distintas texturas para fortalecer la intención artística. Cuando se aplican recubrimientos líquidos, hay muchísimas opciones (brocha, rollo, pulverización o laminación). Cada una de ellas presenta sus propios retos.
Beneficios
Los recubrimientos líquidos tienen distintos propósitos. La protección física y los perfeccionamientos artísticos son las principales razones por las que un PSP los elegiría. Hay una menor posibilidad de degradación por rayos UV, humedad, manejo y abrasión cuando se aplica un recubrimiento líquido. Además de proteger la impresión, los recubrimientos líquidos también pueden prevenir que las tintas tengan un menor rendimiento y eliminan la posibilidad de reflejos.
“El recubrimiento líquido evita que las tintas se agrieten cuando se estira el lienzo durante el proceso de acabado”, explica Nate Goodman, gerente de producto de Drytac Corporation.
Sarah Perkins, coordinadora de ventas y marketing de Marabu North America, ofrece un ejemplo de cuando ella creó una impresión sobre lienzo para un colega y produjo una con recubrimiento y otra sin él. “Cuando tuve que estirar el lienzo sin el recubrimiento, la tinta empezó de inmediato a agrietarse en las esquinas y a separarse del lienzo”, asevera. La impresión fue revestida no solo para ofrecer colores más saturados en todo el gráfico, sino que el efecto fue como “la noche y el día” al ver cómo reaccionó el lienzo con y sin el recubrimiento.
Goodman comparte que además de protección física, los recubrimientos líquidos ayudan también a administrar los niveles de brillo y reducir los reflejos y la brillantez que restan valor a una imagen.
A la vez que protegen, los recubrimientos tienen el beneficio añadido de mejorías visuales para aumentar la calidad de la impresión del lienzo. “Optimiza el factor de atractivo que hace los colores más ricos y brillantes”, explica Michael Clementi, líder del equipo de centro de experiencia, LexJet Corporation. La calidad del color que puede alcanzarse tras aplicar un recubrimiento líquido es un beneficio recomendado por distintas empresas que fabrican este producto.
Greg White, director de ventas y marketing de Premier Imaging Products, piensa que además del beneficio en cuanto al aspecto artístico, distintos tipos de recubrimientos mejoran el resultado final. “Emplear un acabado de brillo, satín o mate cambia la apariencia final del lienzo, no importa cuál sea el acabado inicial”.
White prosigue, brindando el ejemplo de comenzar con un lienzo mate típicamente más económico y aplicando un recubrimiento de brillo para brindar un producto con un acabado de alto brillo. Otra sugerencia es aplicar recubrimientos especializados, tales como los decorativos, que ofrecen la apariencia de pinceladas tridimensionales.
Opciones de aplicación
Los recubrimientos líquidos se aplican con una brocha, un rodillo, un atomizador o laminador. El tamaño y el tipo de medio, así como la apariencia final que se desea lograr determinan el método que se elige.
“Es importante tener en cuenta la compatibilidad de un recubrimiento con las tintas, los medios y el método de aplicación empleado. Los recubrimientos más gruesos pueden aplicarse con rodillo o brocha, pero la capa de recubrimiento debe ser lo suficientemente fina como para usar un atomizador, en caso de que se rocíe”, recomienda Goodman.
La aplicación con brocha es un método popular. “Es rápido y fácil cubrir un lienzo y se adquiere un buen área por galón. Cuando se emplea el atomizador o rociador, se pierde cierta cantidad pues se dispersa en la atmósfera, por lo tanto, el área es solo aproximadamente 60% de lo que se alcanzaría con la aplicación por brocha o rollo”, sugiere Perkins.
Aunque la aplicación por brocha es una de las formas más comunes y económicas de aplicar un recubrimiento líquido, presenta también sus retos. “Una brocha con celdas llenas o un rodillo minimiza la cantidad de burbujas de aire durante la aplicación. Pero, ya que el recubrimiento se aplica en secciones con este método, puede ocasionar un acabado dispar o con trazos visibles. Es también difícil controlar el grosor del recubrimiento que se aplica al medio con una brocha”, advierte Ike Harris, presidente de Daige.
Los rodillos son igualmente una opción de aplicación de bajo costo. “Es muy a menudo la opción preferida de los impresores. Es simple y económica y requiere muy pocos equipos auxiliares o conocimientos técnicos”, afirma Will Vermillion, ventas internas de Breathing Color.
Las pistolas pulverizadoras son eficientes y fáciles de usar, afirman tanto White como Clementi, pero requieren algo de técnica. Usar este método requiere la capacidad de juzgar cuánto recubrimiento ha sido aplicado, y también el grosor de éste. Otra cosa que se debe tener en cuenta con el método de rociar es el espacio que debe cubrir. Se sugiere una cabina de pulverización, pero requiere bastante espacio.
“Las aplicaciones de atomización son favorables, porque ayudan a evitar la transferencia de la pintura al rollo, que es cuando el recubrimiento vuelve a humedecerse con la tinta y los colores se transfieren del lienzo al rodillo. Con una aplicación de pistola, el recubrimiento se asienta desde arriba, en vez de invadir la superficie”, explica Perkins.
El laminado es la opción final para aplicar recubrimientos líquidos. “Por mucho, la laminación líquida es el método más consistente y rápido”, dice Goodman. Explica que ciertos laminadores de líquidos emplean la barra Mayer para aplicar el recubrimiento de manera uniforme en toda la imagen. Esta opción es exitosa para medir el grosor del recubrimiento aplicado y el secado del lienzo antes de enrollarlo en un tubo.
Harris sugiere tres distintos tipos de laminación: de rollo a rollo, motorizada con alimentación por lámina y manual. Los laminadores de rollo aplican el recubrimiento a un rollo de lienzo, secan el recubrimiento, y luego vuelven a enrollar el lienzo. Los equipos motorizados que se alimentan por paneles o láminas cubren hojas individuales de una en una. Los laminadores manuales aplican una capa de recubrimiento pareja y lisa a paneles de lienzos.
Retos
Los recubrimientos líquidos tienen la intención de proteger y mejorar las impresiones sobre lienzos. Sin embargo, pueden ocurrir una serie de retos: burbujas, porosidad/espacios, separación de tinta durante la aplicación con rollo, efecto piel de naranja, goteo/derrame, orificios y falta de uniformidad, al emplear cualquiera de los métodos de aplicación. Todos son prevenibles.
Cuando se está aplicando un recubrimiento líquido por rociado, el reto es que el líquido se corra por el lienzo. “Probablemente está aplicando demasiado revestimiento, intente aumentar la velocidad de su mano. También mantenga su lienzo en el atril o la superficie de rociado en un ángulo de 60 grados”, sugiere Vermillion. También aconseja cómo evitar porosidad y burbujas durante y después de la aplicación. Después de la aplicación, si hay porosidad, significa que no se ha aplicado suficiente recubrimiento durante la primera capa. Si hay burbujas durante y después de la aplicación, asegúrese de que el líquido ha sido revuelto, pero nunca agitado.
Clementi añade que, para rociar un lienzo, “si tiene la configuración demasiado gruesa, la gravedad hará que el recubrimiento se coagula y forme gotas. Esto puede también provocar que el líquido cree textura en la superficie del lienzo expulsando demasiada cantidad. La calidad de la pistola y el tamaño de la boquilla también determina lo liso y uniforme que se aplica.”
El reto mayor para un PSP que trabaja con laminadores líquidos es mantener la máquina funcionando de manera equilibrada. Para lograrlo es importante que reciba mantenimiento regularmente. Las configuraciones de la máquina también deben abordarse periódicamente de forma constante, para garantizar que esté trabajando en el ambiente óptimo.
Si se aplica con un rodillo, la tinta puede separarse. Esto sucede cuando el rollo ha tenido tiempo para secarse completamente. Clementi recomienda dos capas, una vertical, dejándola secar completamente, y luego una segunda capa horizontal.
Otra preocupación común son los trazos visibles. Si hay líneas gruesas en las esquinas de las áreas que se aplicaron con el rollo, vuelva a pasar por ellas para nivelarlas mientras estén mojadas. Esto elimina cualquier veta o trazo visible.
Cuando se emplea un rodillo o una brocha, Perkins advierte que no se debe ejercer mucha presión, pues se pueden crear burbujas. “Las burbujas pueden también ser el resultado de una incompatibilidad entre la capa receptiva del inkjet (inyección o chorro de tinta) y el recubrimiento, ocasionando que el aire dentro de los poros de la capa receptiva del inkjet suban a la superficie, pero en nueve de diez casos, se debe generalmente a haber presionado demasiado fuerte el rodillo o la brocha”.
Recubrimientos
Los beneficios de emplear recubrimientos líquidos en impresiones sobre lienzos superan cualquier reto. Es importante entender los distintos métodos de aplicación antes de comenzar un Proyecto. Cuando se emplea la combinación correcta, el resultado es una impresión sobre lienzo protegida.
Enero/January 2016, Digital Output Espanol